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La pasión sabe a vino y el amor sabe a café...

Si llegaste hasta aquí, de seguro te apasiona el vino tanto como a nosotros. Hoy queremos darte unos consejos para que disfrutes de un buen vino, como todo un experto. 

¿Cómo identificar un buen vino?

Degustar el vino es una experiencia sensorial. Para empezar, el vino debería equilibrar color, aroma y sabor:
  1. Color: Un buen vino es brillante y vivo. Un vino blanco joven es amarillo pálido; si es más intenso, es posible que esté oxidado. Si el vino tinto es violáceo, es demasiado joven y no es apto para acompañar carnes rojas.
    2. Aroma: Agítalo levemente en la copa, debe ser agradable: generalmente flores, frutas o especias. Deséchalo si es demasiado maderoso, es posible que las barricas no hayan sido aireadas.
    3. Sabor: el buen vino siempre tiene algo de acidez, “fresco”. Déjalo reposar en el paladar, percibe los sabores y su persistencia en la boca.
«Siempre hay tiempo para una copa de vino»

Tip:

«Nada de grandes tragos, un pequeño sorbo nos bastará para identificar el sabor del vino»

El vino es la única obra de arte que se puede beber

¡Hablemos de maridaje!

Al combinar la comida y el vino podemos obtener diferentes resultados con sus propias características. Es por esto que maridaje es el arte del equilibrio.

La comida puede exagerar un rasgo del vino: 

Un caso típico es tomar frutos secos como nueces con un vino tinto muy tánico. El vino resulta excesivamente astringente y nos daría la sensación que nos seca la lengua.

La comida puede también reducir una característica del vino:

Un buen ejemplo nos lo muestran como las proteínas de una carne neutralizan los taninos de un vino tinto. Esto explica que los vinos tintos vayan bien con la carne.

Cuando un vino es excesivamente potente y anula las cualidades de la comida:

El caso contrario ocurriría cuando un vino es excesivamente potente y anula las cualidades de la comida. ¿Ejemplos? pruebe un lenguado con un vino tinto potente, o un postre muy dulce con un vino blanco muy ácido.

El vino puede aportar sabores que ensalzan un rasgo de la comida.

Si por ejemplo tomamos una carne con una salsa que contiene frutos rojos y elegimos un vino tinto frutal que presenta en su sabor notas de estos frutos el resultado será muy bueno.

Vinos y comidas que no pueden ir juntos

Un vino y comida que no combines puede generar una mezcla con un sabor desagradable. Si tomamos un filete de pollo a la plancha sin nada más y bebemos un vino tinto potente, tal vez obtengamos un sabor que nos puede recordar a un metal.

Consejo:

Al elegir un vino para la comida es importante pensar en los ingredientes y en el sabor que tendrá. Por ejemplo ¿Será ligera, con muchas proteínas, acompañada de una salsa que tenga algún sabor especial, etc.? Esto le permitirá tener una idea más clara a cerca de qué tipo de vino le puede ir bien. 

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